Las sociedades actuales están
experimentando cambios que han comenzado a producirse paulatinamente en una
época relativamente reciente. Estos cambios, notorios en diferentes niveles de
la vida pública, como el económico, el social, el tecnológico, tienen
consecuencias de las cuales ningún sector de la sociedad puede excluirse. El
desarrollo económico, el crecimiento demográfico, los flujos migratorios de los
cuales hemos sido testigos en los últimos cincuenta años, también constituyen
un reto que las autoridades educativas deben afrontar. Las instituciones
escolares no pueden vivir al margen de esas transformaciones provocadas por esa
globalización cada vez más evidente, y que especialmente a ella la interpela
por ser un espacio de crecimiento intelectual y afectivo, al igual que de
formación para la vida futura. En ese mismo orden se podría decir que nos
encontramos en un momento crucial de la historia de la humanidad, en donde
quizás por primera vez el ser humano se encuentra en la situación de tener que
convivir de forma sistemática y permanente en un mismo espacio con personas de
orígenes muy diversos. Esto tiene implicaciones muy especiales para la
educación que debe preparar a individuos bien equipados mentalmente para saber
relacionarse respetuosa, armoniosa y comprensivamente con otros culturalmente
diferente. Actualmente, al parecer hemos llegado a un estadio evolutivo en
donde al menos racionalmente sabemos que es inconcebible seguir manteniendo
relaciones nocivas que sometan a uno sobre otros, que vulneren derechos
humanos, provoquen desigualdad e injusticias, en función de unas diferencias
físicas o de creencias.
Los
niños apenas están aprendiendo a escribir a reconocer letras y símbolos,
colores y formas, a través de ellos podemos volver a comenzar a ver las cosas
desde su simpleza, sin complicaciones, sin tanta lógica que lo dificultad todo,
con esa inocencia que caracteriza la infancia, sin esa malicia que tenemos los
adultos.
Los
niños comienzan a explotar su curiosidad que además es nata y los adultos en
nuestra ignorancia y llenos de tabúes y falta de tiempo para explicar vamos
apagando y acallando, llega en el momento en que ya no se hacen más pregunta
“tontas” porque a mama, papa o la profesora no le gustan, pero yo muchas veces
he observado que esas preguntas de esos pequeños nos pueden llevar a cuestiones
que nosotros mismos no hacemos, que nosotros por el ritmo de vida olvidamos de
hacernos y estos a través de su inocencia nos despiertan esa curiosidad que
nunca debió de morir.
Es una fábula que
trata sobre un Grillo que enseñaba a los grillitos de su clase sobre el
arte de cantar, pero lo hacía de la forma tradicional y se negaba a cambiar la
técnica. Pero, el director de la escuela estaba de acuerdo con su manera de pensar.
Lo que nos dice
que este director y maestro están sujetos a viejas prácticas, que la rutina se
tiene que cambiar, que las metodologías se innovan, que el conocimiento no es
estático, que avanza de una manera acelerada. Una institución que no se monte
en el tren de la modernidad y de los cambios está condenada al fracaso, es
cierto que la escuela esta para enseñar y formar, pero al mismo tiempo esta
tiene que aprender hacer cambios, adecuar su curriculum a mirar que hay cosas
mas allá, que ya la información y el conocimiento no solo se encuentran en la
escuela, sino en café, en un restaurante, en la casa, en un aeropuerto.
La rigidez no
aporta nada hay que ser flexible como el bambú, con esto no decimos que cambien
sus valores y principios pero estos perfectamente se adecuan a las nuevas
situaciones que van surgiendo.
Es preciso que las
instituciones se reinventen a través de la autocrítica serena y exigente. No
tienen que ser perfecto solo tener la capacidad de analizar sus limitaciones
para tratar de fortalecerlas y a través de esto mirar que están haciendo mal,
en que están fallando. Todo esto va a tener excelentes resultados y un
aprendizaje para todos la que la componen.
También es
importante que la escuela ofrezca la oportunidad a sus maestros y colaboradores
de expresar las críticas en pos de hacer mejoras a la institución.
Vivimos
en un mundo de cambios drásticos e inmediatos, donde las cosas y el
conocimiento cambian de un segundo a otro, por ende, todo se ha tenido que
re adaptar a las nuevas necesidades que han surgido y que seguirán surgiendo y,
la educación y la enseñanza son puntos clave en todo este proceso.
Por
lo tanto, es necesario seguir desarrollando la creatividad de los niños,
jóvenes y adultos a través la
enseñanza/aprendizaje.
Que
sean personas críticas de lo que van aprendiendo y conociendo, que no asuman
puntos de vistas ajenos o por el simple hecho de que lo dijo el maestro y se
oye bien, sino que desarrollen la capacidad de indagar sobre cualquier tema y
puedan refutar sobre el mismo. Seres capaces de defender lo que piensan siempre
respetando los puntos de vistas de los demás.
Inteligencia
emocional, parece un tema muy de moda pero que si lo llevamos a la práctica le
podemos sacar mucho provecho, ya que nos va ayudar en todas nuestras relaciones
tanto familiares, sociales, escolares o educativas y en lo laboral. Si
aprendemos o nos enseñan el arte de la empatía tendremos relaciones más
armoniosas y cordiales con los demás.
Un
sistema educativo no excluyente a nivel social, es preciso y necesario que la
política educativa sea igual en todos los niveles sociales, que los
estudiantes, los maestros y los centros educativos puedan disponer de la cantidad
de recursos en la medida que vaya surgiendo la necesidad. Claro está, los gobiernos están en todo su derecho de
vigilar como se usan dichos recursos, pero sin escatimar.
La
tecnología es una herramienta clave en la enseñanza y el aprendizaje de hoy en
día, es fundamental que las políticas educativas hagan un espacio en este tema,
y si existiere un centro, estudiante o maestro que no trabaje con la tecnología
como un instrumento de ayuda en el proceso de enseñanza/aprendizaje, pues hay
que capacitarle del conocimiento necesario para que aprendan a darle el uso
correcto y necesario.
La
capacitación del maestro debe ser constante ya que cada día surgen conocimientos
nuevos, a través de charlas, talleres, seminarios, revistas, artículos, entre
otros.
La
educación se ha ido transformado con el paso del tiempo al menos eso es lo que aparentemente está sucediendo,
de lo que hablan los autores, los medios de comunicación, los gobiernos, el
recinto escolar, estudiantes y docentes. En algunos países este cambio se puede
observar con un nivel más avanzado, con las tecnologías, las nuevas
metodologías de enseñanza, las aulas virtuales, la educación a distancia, etc.
Por supuesto, el hecho de que un país no cuente con grandes recursos
tecnológicos no quiere decir que no h pueda innovar.
Es
por esto que se está demandando una formación permanente del profesorado, ya
que cada día las necesidades educativas se van
transformado, desde los contenidos que
se enseñan, la interacción con los alumnos, los tareas que se realizan en el
aula, como el concepto que se tiene de equipo y colaboración y la relación de
los docentes con la dirección y su papel en el consejo escolar. Por lo antes
dicho, es necesario hacer una revisión
en las competencias y los temas que los profesores de hoy necesitan, claro esto
tenemos que ubicarlo en cada contexto social, político y económico, dependiendo
la región, ciudad o país. Puesto que no
todos los centros educativos cuentan con los recursos económicos por parte de
sus gobiernos y del estado para dicha formación, que además es una inversión en educación.
La
UNESCO define Formación del Profesorado para
1975, como un proceso dirigido a la revisión y renovación de
conocimientos, actitudes y habilidades previamente adquiridas, determinado por
la necesidad de actualizar los conocimientos como consecuencia de los cambios y
avances de la tecnología y las ciencias. (Mayor, 1992
Con respecto a
esta definición que nos ofrece la UNESCO de hace cuarenta años podemos decir,que los objetivos generales que se buscan en la formación del
profesorado son los mismos, pues se busca
capacitar a los maestros de los conocimientos nuevos que van surgiendo,
no solo en lo tecnológico, sino en lo personal y como ha cambiado su rol
profesional.
Dentro de las competencias que debería
tener el docente y que se deben de trabajar en la formación son las siguientes:
Empatía: Ser
capaz de poder colocarse en el lugar de sus estudiantes, aprender a mirar a sus
estudiantes de forma individual con sus necesidades intrínsecas, entender que
no todos aprenden de la misma forma, que la metodología no puede ser usada para todos, puesto que
cada individuo es diferente.
Autonomía: Si
bien es cierto, que el centro se rige por unas políticas y una dirección general
que hay que respetar, y que se rige por un currículo, este tiene que tener la libertad de hacer las modificaciones
necesarias por el beneficio de sus estudiantes.
Crítico:
Desarrollar la capacidad de expresar puntos de vistas a favor o en contra, siempre
respetando a los demás, pero haciendo ver que no siempre la otra persona está
en lo correcto.
Autocrítica:
Saber que no siempre se tiene la razón, que también se equivoca, que no tiene
la palabra absoluta y mucho menos el conocimiento general.
Comunicativo: Tener
la capacidad de poder mantener un diálogo constructivo en beneficio de sus estudiantes,
de la escuela y por el desarrollo de un
clima favorable en el centro.
Capacidad de
Escucha: Saber oír a sus estudiantes, sus necesidades, inquietudes, sugerencias,
dudas; así como a toda la comunidad
educativa, pero sin hacer juicios ni predisponerse a una actitud negativa.
Reflexivo: Debe
pensar detenidamente las cosas antes de hacer juicios o conclusiones
aceleradas.
Colaborativo: Trabajar
en equipo con sus colegas y compañeros de centro, para poder crear proyectos en conjunto que ayuden a
la comunidad educativa.
Creativo: Poder
innovar con los recursos que tenga a su alcance. Implementar nuevas
metodologías y forma de hacer las cosas
en la clase.
Un tema que nunca se podrá dejar de lado en
la formación del profesorado es el de las TIC, que están para facilitar el
trabajo de los docentes y los alumnos, pero que lamentablemente, si estos no
saben hacer el uso correcto de estas, no
le sacaran el máximo beneficio en el desarrollo de las actividades escolares. De
nada sirve tener tanta tecnología en un aula si el docente no sabe usar los
equipos que tiene a su disposición, por lo tanto, los maestros deben enseñar a
sus alumnos a como aprender a buscar las informaciones que le resulten precisas
para su aprendizaje y su conocimiento.
Estas
habilidades que el docente necesita desarrollar puede hacerlo a través del intercambio que se
produce en el aula con los alumnos, con los compañeros del centro, por medio de
libros, revistas científicas, artículos en los periódicos, los medios de
comunicación y el aporte que puedan hacer las familias a pesar de que estas
siempre están a la defensiva de sus hijos.
Esto se plantea porque el docente no siempre tiene la disposición, el
tiempo o los recursos de asistir un a un curso de formación o el centro
educativo no cuente con la plataforma para facilitar dicha formación.
Para que
estos procesos de formación sean eficientes deben de crearse espacios que
permitan la reflexión individual y colectiva. Es por ello que la formación del profesado se debe
desarrollar en un ambiente de colectividad, donde las experiencias de otros
maestros puedan ser compartidas y analizadas tomando los elementos más
importante que ayuden a fortalecer y enriquecer la práctica educativa, de
acuerdo al contexto de cada centro.
Mediante
el proceso formativo es necesario que la confrontación, el debate de ideas y la
crítica sean los elementos principales. La realidad es que esto no siempre se
cumple, la formación profesional en muchos casos se ve como un requisito
impuesto por el centro, al cual maestro tiene que asistir porque si no lo hace
recibirá una amonestación, y no con la motivación de ver ese encuentro como un
medio en el cual pueda exponer sus criterios y aportar con su experiencia. Por ello, es necesario que la formación no se
vea como un mero compromiso donde hay que asistir porque así lo dice el
Ministerio de Educación. Pues supone que por medio de la formación el docente
va a desarrollar todas las competencias antes expuestas y no solo eso sino que
va a poder ponerlas en práctica, fortaleciendo todo su entorno no solo el aula,
sino colaborando con sus demás compañeros, y en la creación de políticas que
ayuden a reformar el centro al cual pertenece e influir para que otros cambien.
Es necesario decir que la escuela tiene que reinventarse pero este proceso
debe desarrollarse en conjunto con el docente, el centro escolar no puede tener
unas metas y el docente otras, debe der un trabajo en equipo. Por tanto,
trabajar de manera individual ya sea a nivel de centro o en el aula no aporta a
la experiencia del otro ni la experiencia misma, lo que impide que no se puedan
analizar otros contextos, otras metodologías que puedan aportar al cambio.
El
profesor es quien está en contacto directo con los alumnos, es quien debe de
estar atento a ese proceso de aprendizaje, por ende, debe capacitarse para aprender a
mirar esas “diferencias” que cada estudiante tiene que lo hacen único uno del
otro. Tiene que estar atento a observar que dicen esas miradas, que percibe a
través de ellas. Y por medio de esta mirada obtenga un aprendizaje que
beneficie a su vez la relación con sus estudiantes y el clima del aula.
Es importante que el docente desarrolle una actitud
crítica y reflexiva en base a su práctica y la de sus colegas en cómo esta pueda aportar hacia un desarrollo
integral de los alumnos y de la escuela.
Esto puede ayudar a la capacitación por medio del intercambio de
experiencias reflexivas que puedan enriquecer la práctica educativa. Es decir,
la formación no solo se basa en cursos, talleres o seminarios, sino también como el docente desde su entorno puede aportar
a esa formación.